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Preguntando a los clásicos
Sobre la educación, con Rousseau | Preguntando a los clásicos #8
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Sobre la educación, con Rousseau | Preguntando a los clásicos #8

Aprender a vivir
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«A la planta se la forma mediante el cultivo, y a los hombres mediante la educación».

1762. El pensador Jean-Jacques Rousseau publica dos obras: Emilio o De la educación y El contrato social. El hombre es bueno por naturaleza. Nacemos libres pero la sociedad nos encadena. Sus revolucionarias ideas le convierten de inmediato en un rebelde. El Parlamento de París ordena su arresto. Rousseau logra escapar a Suiza, pero tampoco allí encuentra la calma. Sus libros arden y vuelve a huir, esta vez a Londres, con su amigo David Hume. 

Entre los pensadores de la época tampoco encontró mucho apoyo. Es conocida su enemistad con Voltaire, que le dedicó estas amables palabras:

«¿Quién es ese hombre que piensa que se le deben levantar estatuas y con la misma humildad compara su vida con la de Jesús; ese que ultraja al cristianismo y a la Reforma, e insulta a nuestros gobernantes y pastores? ¿Es un erudito que habla en contra de otros eruditos? No, es un desgraciado sifilítico que arrastra tras de sí, de pueblo en pueblo y de montaña en montaña, a una ramera, a cuya madre él ha matado, y con la que ha tenido hijos y los ha abandonado a la puerta de un hospicio».

Rousseau es un hombre repleto de contradicciones. Contiene pensamientos que no se pueden resumir; de esos en los que merece la pena profundizar. Es a la educación lo que Galileo es a la astronomía. Inspiró por igual a ilustrados y a románticos. Fue enterrado en el Panteón de París como héroe nacional, curiosamente justo al lado de Voltaire. 

En esta edición de Preguntando a los clásicos, viajaremos por algunas de las ideas de Emilio o De la educación; según el propio Rousseau la mejor y más importante de todas sus obras. No te dejes engañar por el título, Rousseau no escribe sobre métodos ni aburridas teorías pedagógicas. Rousseau escribe sobre la vida, porque la verdadera educación es aprender a vivir. 

El punto de partida es que el hombre es bueno por naturaleza y que su momento vital determina qué aprender. Siguiendo estas premisas, Rousseau estructura su obra en cinco libros: (I) de 0 a 2 años, (II) de 2 a 12, (III) de 12 a 15, (IV) de 15 a 20 y (V) la vida adulta. Como hilo conductor, el filósofo crea a Emilio, un niño ficticio que representa la educación ideal en cada etapa y que da nombre a su obra. La obra es larga (763 páginas), con demasiadas ideas útiles y valiosas como para una sola edición. En esta primera, exploraremos las ideas de los tres primeros libros, y el mes que viene, remataremos la faena con los dos últimos. 

En Emilio, el aprendiz ocupa el centro. La enseñanza se adapta al individuo; un individuo cuyo deber es ser útil a la sociedad. Con este nuevo enfoque, el conocimiento y las peculiaridades del individuo adquieren importancia. Primer cuchillo, en dirección a los docentes: «Comenzad pues por estudiar mejor a vuestros alumnos; porque a buen seguro no los conocéis». 

¿Qué es la educación? ¿Quién es el más educado?

Una educación conlleva desarrollar una mente clara, un corazón sensible y un cuerpo funcional. El fin es reconectar con la naturaleza y dominar la libertad para alcanzar la felicidad. «Lo esencial es ser bueno con la gente con quien se vive». Hay que equilibrar los intereses particulares y los sociales. «Nuestro verdadero estudio es el de la condición humana». Tan importante es el qué como el qué no. El anti-modelo: que te entierren con cien años pero llevar muerto desde el nacimiento, estar lleno de ciencia y falto de sentido. 

¿Quién es el más educado para el filósofo? Quien mejor soporta los bienes y los males de la vida. Los ejercicios superan en importancia a los preceptos. Rousseau opta por el camino difícil. El sufrimiento es parte de la vida y retrasando lo inevitable, sólo logramos que el daño sea mayor. «Sufrir es lo primero que debe aprender, y lo que mayor necesidad tendrá de saber». La comodidad genera falsa seguridad. El aprendiz debe estar preparado para sufrir:

«Ejercitadlos pues en los golpes que habrá que soportar algún día. Endureced sus cuerpos con las intemperies de las estaciones, de los climas, de los elementos, con el hambre, la sed y las fatigas; bañadlos en el agua del Éstige1». 

Tetis sumergiendo a Aquiles en el Estigia - Peter Paul Rubens - Historia  Arte (HA!)
Tetis sumergiendo a Aquiles en el Estigia. Peter Paul Rubens.

La educación no es algo que puedas delegar como padre. Rousseau no se perdona el haber enviado a un orfanato a sus hijos. El segundo cuchillo, destinado a los padres, pretende evitar que cometamos su mismo error:

«Quien no puede cumplir los deberes de padre no tiene derecho a serlo. No hay ni pobreza, ni trabajos, ni respeto humano que le dispense de alimentar a sus hijos y educarlos por sí mismo». 

El recién nacido vive sin ser consciente de su propia vida. Probamos y nos equivocamos. El buen criterio del maestro guía los primeros pasos. «Ignoramos lo que nuestra naturaleza nos permite ser»; la educación consiste en descubrirlo. «Nacemos débiles»; la educación consiste en desarrollar la fuerza para poder hacer el bien. 

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La sabiduría atemporal de los grandes pensadores antiguos en un lenguaje moderno y accesible.