Glenn Gould aprendió a tocar el piano de su madre. Con solo 10 años ya la había superado en habilidad y encontró en Alberto Guerrero al maestro con quien seguir perfeccionando su música. Cuenta Robert Greene en Maestría la peculiar relación que forjó al precoz pianista.
Gould fue un alumno atípico. No era autodidacta, por mucho que cultivara ese aura de genio hecho a sí mismo. Nueve años de clases con Guerrero lo delatan. Sí era independiente. Con una visión propia de cómo hacer las cosas. Escuchaba y absorbía las enseñanzas del maestro. No para seguirlas ciegamente, sino para filtrarlas con criterio. Interiorizaba las lecciones hasta hacerlas suyas. Cuestionaba a Guerrero cuando lo creía necesario.
Una de las miles de frases atribuidas a Einstein dice: «Hay que tener la mente abierta. Pero no tanto como para que se te caiga el cerebro al suelo». Al aprender hay que navegar esa tensión entre la credulidad necesaria para que calen las ideas y la duda para que no entre cualquier mierda. Es un balance difícil, más fácil de decir que de hacer. Puede que estas palabras de Greene te ayuden:
«Como aprendices, todos compartimos este dilema. Para aprender de los mentores, debemos estar abiertos y completamente receptivos a sus ideas. Debemos caer bajo su hechizo. Pero si llevamos esto demasiado lejos, quedamos tan marcados por su influencia que no tenemos espacio interno para incubar y desarrollar nuestra propia voz, y nos pasamos la vida atados a ideas que no son las nuestras. La solución, como descubrió Gould, es sutil: aunque escuchemos e incorporemos las ideas de nuestros mentores, debemos cultivar poco a poco cierta distancia respecto a ellos».
Sergio-.
Creador de esta newsletter y orgulloso autor del libro Aprendizaje infinito.
P.D. Maestría es un libro fundamental. Escribí en su día una pequeña serie sobre sus ideas. Releyéndola pensé que no le hacían justicia. Este domingo, en la edición de La Biblioteca Infinita, le ponemos solución. Si todavía no eres miembro es la excusa perfecta para dar el paso.
Fantástico lo del libro de Maestría, porque he oído hablar mucho de él, pero aún no lo he leído. Tú aportación será un gran acicate, sin duda!
Me gustó mucho esta reflexión, cultivar nuestro propio criterio lleva tiempo, pero pasar por un mentor es fundamental