El autor: la evolución
Este consagrado artista es el responsable de algunas de las obras más bellas del Universo. Algunos lo confunden con Dios. Charles Darwin, guiado por su regla de oro, logró un primer acercamiento al proceso creativo de este autor en El Origen de las Especies:
«Existen organismos que se reproducen y la progenie hereda características de sus progenitores, existen variaciones de características si el medio ambiente no admite a todos los miembros de una población en crecimiento. Entonces aquellos miembros de la población con características menos adaptadas (según lo determine su medio ambiente) morirán con mayor probabilidad. Entonces aquellos miembros con características mejor adaptadas sobrevivirán más probablemente».
Un fraile católico llamado Gregor Mendel, haciendo experimentos con guisantes, descubrió los primeros mecanismos de la genética. Pasaron años hasta que las ideas de Darwin y Mendel copularon, engendrando la mejor explicación que tenemos de cómo se creó la gran obra que protagoniza esta edición.
Los genes que se modifican al azar, se heredan. En un periodo de tiempo lo suficientemente largo, los individuos que poseen ventajas para adaptarse al entorno, sobreviven y se reproducen. No es un proceso con propósito ni guía, es azar y tiempo, es genética y entorno.
La obra: el cerebro
¿Qué ventaja tiene nacer indefenso y ser completamente dependiente durante los primeros años de vida? La flexibilidad de nacer inacabado, la posibilidad de adaptarse al entorno.
Fuera sólo hay energía y materia. Es en el cerebro donde se produce una experiencia repleta de sensaciones; «una interpretación electroquímica en un cine a oscuras», escribe Eagleman en uno de los magníficos libros que Val me ha descubierto. Para ti, la realidad es la historia que te cuenta tu cerebro. Es así como la biología nos permite acercarnos a una porción de la realidad, a la vez que limita nuestra percepción.
El cerebro reúne información acerca del mundo y guía nuestro comportamiento. Las tareas que se repiten quedan grabadas para no desperdiciar energía pensando en cómo ejecutarlas. Vas caminando sin pensar en el próximo paso. La conciencia sólo entra en acción cuando sucede lo inesperado. Entre las paredes de tu cráneo se celebran constantes sesiones parlamentarias. ¿Sigo leyendo este texto o cambio de tarea? Tus multitudes compiten para tomar la mejor decisión. El cuerpo incorpora las sensaciones al parlamento. Las predicciones sobre cómo será el futuro, realizadas de forma imperfecta, permiten atravesar la incertidumbre y no morir paralizado. ¿Qué pasa si sigo leyendo? ¿Qué pasa si dejo de leer?
«Brain cells fire in patterns», respondió Steven Pinker cuando le preguntaron que resumiera esta obra de arte en cinco palabras o menos. Células cerebrales que disparan patrones. Los impulsos eléctricos de las neuronas modifican la propia estructura del cerebro. Las conexiones entre neuronas que se utilizan, se refuerzan; las que no, se «podan». Cada nuevo aprendizaje transforma el cerebro. De las interacciones entre millones de células emerge la conciencia, que nos permite pararnos a pensar sobre esta bella obra de arte que llevamos dentro.
Sergio -.
«Aparte de los nutrientes de la comida, aparte del oxígeno que respira, aparte del agua que bebe, hay algo más igualmente importante: necesita a los demás. La actividad de un cerebro normal se basa en la red social que nos rodea. Nuestras neuronas requieren las neuronas de los demás para desarrollarse y sobrevivir». — El cerebro, de Daniel Eagleman
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La clave está en que el cerebro nace prematuro para seguir creciendo fuera (dilema obstétrico) y en interacción con otros (cooperación). Ese intercambio de información, especialmente la social, es la que nos da una de nuestras ventajas específicas más importantes.
Solo del primer párrafo quisiera añadir un par de comentarios. 1) Decir que solo actúa el azar en el proceso de evolución es como mínimo difícil de comprender, pues los mecanismos que gobiernan nuestros cuerpos son inimaginablemente complejos como para dejarlo todo al azar y quedarse tan ancho. 2) El propio mecanismo de evolución y adaptación me parece ya de por sí una gran obra de ingeniería. No en vano desde hace muchos años se utilizan algoritmos genéticos para la resolución de problemas de optimización.