El maestro llega cuando el alumno está preparado. Me hubiese gustado recibir hace tiempo esta carta y haber estado preparado para interiorizar su mensaje. Aunque no puedo viajar al pasado, sí puedo dejar un recordatorio a mi yo del futuro.
Leer a Oliver Burkeman es reconfortante. Casi al final de su libro Meditaciones para mortales encuentro un lema poderoso: «C'est fait par du monde». Está hecho por personas. El ordenador desde el que escribo estas líneas. Las cuatro paredes en las que vivo. El avión que me permite viajar a la otra punta del mundo. Detrás de cada una de estas creaciones está la acción humana. Y lo que quizás es más fascinante: hubo personas que lo hicieron por primera vez, asumiendo el riesgo de intentarlo.
Crear es adentrarse en lo desconocido. Desde fuera, parece que quien crea sabe lo que está haciendo. Es mentira. Cualquier persona que entra en territorio inexplorado no sabe qué va a funcionar. No hay certezas. Solo intuiciones ---la mayor parte del tiempo equivocadas--- de por dónde podrían ir los tiros.
Que otra persona haya logrado lo imposible no implica que tú lo vayas a conseguir. Implica que para alcanzar una nueva hazaña tienes, como mínimo, que intentarlo. Que si no lo intentas ni siquiera sabrás si podrías haberlo logrado. Que creer que puedes hacerlo, cuando estás recorriendo un camino que nadie más ha recorrido, es siempre un salto de fe. Vuelvo a unas palabras de Steve Jobs, uno de esos locos que saltaron varias veces, tuvieron suerte y vivieron para contarlo.
«La vida puede ser mucho más plena si descubres un simple hecho: todo lo que te rodea que llamas vida fue inventado por personas que no eran más inteligentes que tú. Y tú puedes cambiarlo. Puedes influir en ello. Puedes construir tus propias creaciones para que otras personas las utilicen. (...) Una vez que aprendas eso, nunca volverás a ser el mismo». — Steve Jobs
No tienes que ser la persona que crea el próximo Apple ni la que manda cohetes a Marte. Puedes empezar por acciones más triviales pero importantes, como cuidar de tu familia. No existe un manual para encontrar el sentido de la vida. Ni siquiera sabemos si la vida tiene un sentido. Si fuera cumplir una lista, habríamos resuelto el problema hace mucho tiempo. Pero vivir es más complicado que seguir una receta. O quizás es más simple y somos nosotros quienes complicamos todo. Sea como sea, lo bonito de la vida es que no sabes hacia dónde te llevará el siguiente paso. Porque vivir es crear un camino, adentrarse en lo desconocido.
La única persona que recorre tu camino eres tú. Tranquilo, que todos improvisamos. Se aprende caminando. Cada paso te prepara, aunque todavía no sepas para qué.
Sergio-.
Creador de esta newsletter y orgulloso autor del libro Aprendizaje infinito.
Incerto ha sido mi mejor guía para adentrarme en lo desconocido. Taleb es, probablemente, el autor que más ha influido en mi forma de pensar. Sé que no es del gusto de todos, pero en una época marcada por la incertidumbre, sus ideas son obligatorias.
Los miembros podías acceder a estas ideas a través de explicaciones claras, sintetizadas y accesibles. Organizadas en estas cuatro ediciones de La Biblioteca Infinita:
Existe la suerte | La Biblioteca Infinita #19
El Cisne Negro | La Biblioteca Infinita #7
Antifrágil | La Biblioteca Infinita #1
Jugarse la piel | La Biblioteca Infinita #15
«Puede que mentalmente no sepas adónde vas, pero lo sabes por medio de la acción».
Muy de acuerdo con esa sensación de estar demasiado pronto para unas cosas y demasiado tarde para otras. A veces lo único que podemos hacer es dejar migas para no olvidarnos del camino cuando volvamos a cruzarlo. Y seguir caminando aunque no tengamos mapa.
Un placer como siempre leerte Sergio.