Alvin Toffler anticipó en Future Shock (1970) las consecuencias individuales y sociales de la aceleración del cambio. Demasiada velocidad pone en riesgo nuestra capacidad de adaptación. El resultado es la ansiedad de no saber quiénes somos ni hacia dónde vamos.
Nos rodea la novedad. La ciencia y la tecnología no se detienen. Las empresas venden experiencias y nosotros consumimos identidad. Las cosas —y no solo las cosas— se usan y se tiran. Las opciones se multiplican. Mañana puedes cambiar quién eres y contarlo en tus redes sociales, como si de un nuevo look se tratara. Admiramos la libertad y tememos el compromiso. Evitamos el riesgo de involucrarnos emocionalmente porque nada dura.
Al pensar en el futuro nos quedamos en la superficie de las próximas semanas. Toffler nos invita a imaginar más lejos, porque sin saber adónde vamos, nos conformaremos con cualquier camino.
«Al filo de un nuevo milenio, al borde de una nueva etapa del desarrollo humano, corremos a ciegas hacia el futuro. Pero, ¿adónde queremos ir?»
Para construir un futuro primero tenemos que mirar al pasado.
Cambiar las partes
Tras vencer al Minotauro, Teseo volvió a Atenas en su barco. Los atenienses querían conservar esta legendaria embarcación. Cada vez que una tabla vieja se pudría, la cambiaban por una tabla nueva. Así lo cuenta Plutarco:
«El barco en que navegó con los jóvenes y regresó a salvo, la triakóntoros, la conservaron los atenienses hasta la época de Demetrio Falereo (más de 900 años), arrancándole los maderos viejos y poniéndole otros fuertes y tan bien ajustados que hasta a los filósofos les servía de ejemplo la nave para el discutido tema del crecimiento, ya que unos decían que seguía siendo la misma y otros que no la misma».
La pregunta de si el barco seguía siendo el mismo depende de cuestiones tan complejas como el ser o la identidad, cuestiones que los filósofos todavía siguen debatiendo. El barco de Teseo refleja lo que Toffler llama modularismo: una forma de diseñar relaciones, organizaciones e incluso formas de vida. El conjunto sobrevive porque las partes cambian. Antifragilidad por niveles. Si queremos que el barco sobreviva al paso del tiempo, tenemos que reemplazar las tablas de las que está hecho.
Los conocimientos que ayer garantizaban un buen trabajo y una buena vida, hoy ya no bastan. Somos el barco y nuestros conocimientos son las tablas. Si queremos sobrevivir y prosperar, como individuos y como sociedad, tenemos que actualizar nuestras ideas.
En su obra, Toffler ataca ferozmente el sistema educativo de su tiempo. El aula como línea de montaje, los contenidos como manual a seguir, los estudiantes como materia prima y empleados obedientes como producto final. El modelo aún sobrevive, creando trabajadores para un tiempo pasado. Educar debería prepararnos para navegar el cambio.
No es suficiente construir nuevos modelos y habilidades, también necesitamos olvidar los que no sirven y re-aprender con nuevas lentes los que siguen importando. La cita que me trajo hasta este peculiar libro captura la idea:
«La nueva educación debe enseñar al individuo a clasificar y reclasificar la información, a evaluar su veracidad, a cambiar de categoría cuando sea necesario, a pasar de lo concreto a lo abstracto y viceversa, a mirar los problemas desde una nueva dirección, a enseñarse a sí mismo. El analfabeto del mañana no será el hombre que no sabe leer; será el hombre que no ha aprendido a aprender».
Seguir siendo
El riesgo al cambiar las partes es olvidar el todo. El desafío es encontrar marcos estables que mantengan la conexión: valores, principios, proyectos, propósito, sentido. Cambiar las partes para seguir siendo. Aprender cada día. Así haremos frente al shock del futuro.
Sergio-.
Creador de esta newsletter y orgulloso autor del libro Aprendizaje infinito.
P.D. A raíz del libro están surgiendo muchas iniciativas chulas que merecen un espacio en la edición de esta semana:
Esta conversación con David y Javi en El Rincón de Aquiles, el proyecto donde empezó mi camino como creador. Divagamos sobre aprender para la vida.
El miércoles que viene (4 de junio) a las 18:45 en Bastardo Hostel (Madrid) estaré con Jaime Rodríguez De Santiago y Javier Recuenco grabando un episodio de kaizen en directo. Reserva tu entrada para no quedarte sin hueco.
El viernes que viene (6 de junio) a las 19:00 estaré en La Feria del Libro de Madrid. Caseta 198. Será un honor compartir un rato con todos los que os queráis pasar.
Me lo ha chivado un suscriptor. Había un error en las fechas. El evento con Jaime y Javi es el miércoles que viene (4 de junio) a las 18:45. La Feria del Libro es el viernes que viene (6 de junio) a las 19:00.
Me ha flipado la frase (camiseta!) pero, según la wikipedia, "a Toffler se le suele atribuir la frase: «Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender.» Esta idea, sin embargo, es de Herbert Gerjuoy, citada por Toffler en El shock del futuro". Y luego añade: “Un analfabeto será aquel que no sepa dónde ir a buscar la información que requiere en un momento dado para resolver una problemática concreta. La persona formada no lo será a base de conocimientos inamovibles que posea en su mente, sino en función de sus capacidades para conocer lo que precise en cada momento».Alvin Toffler (La tercera ola)".