La dicotomía del control es una herramienta propuesta por los antiguos estoicos que te permite sacarle el máximo partido a tu energía. Una simple división (¿qué puedes controlar y qué no?) que te indica dónde invertir tu tiempo.
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«La felicidad y la libertad comienzan con la clara comprensión de un principio: algunas cosas están bajo nuestro control y otras no. Sólo tras haber hecho frente a esta regla fundamental y haber aprendido a distinguir entre lo que podemos controlar y lo que no, serán posibles la tranquilidad interior y la eficacia exterior.» — Epicteto
Cicerón lo explicaría con la analogía del arquero. Un arquero puede controlar sus horas de practica, el cuidado de su arco, su alimentación y su descanso. Una vez la flecha sale de su arco, que impacte o no en la diana, no depende de él. Una ráfaga de viento podría desviar por completo el disparo. El arquero debe centrarse en las acciones bajo su control.
¿Lo puedes controlar? Actúa con excelencia
Si está bajo tu control asume la responsabilidad y trata de hacerlo lo mejor posible. Los estoicos, en lo que podemos influir, hablaban de actuar con virtud. Una virtud entendida como actuar con excelencia y apoyada en 4 virtudes cardinales. Sabiduría práctica para navegar por las diferentes situaciones de la vida. Templanza para ser tu propio dueño. Justicia para tratar a los demás como un fin en sí mismo. Y coraje para hacer lo correcto sin importar las circunstancias.
Actuar con excelencia para los estoicos es tratar de ser prudente, moderado, justo y valiente. No tienes porque comprarles sus virtudes. Siempre puedes definir tú mismo las máximas que guíen tu vida. Lo importante es que en lo que puedes controlar, seas impecable. En lo que está bajo tu control actúa con excelencia.
¿No lo puedes controlar? Amor fati
«Si puedes encontrarte con el Triunfo y el Desastre, y tratar a esos dos impostores de la misma manera.» — If, de Rudyard Kipling
La vida es caprichosa. Querer no es poder. Los resultados, al igual que el disparo del arquero, no solo dependen de tus acciones. Puedes intentarlo con todas tus ganas y pegártela. Los estoicos, de nuevo con la practicidad por bandera, nos animaban a aceptar lo que no depende de nosotros. Si no podemos cambiarlo, ¿para qué preocuparnos?
Incluso iban un paso más allá. No solo aceptar, sino amar lo que la vida nos ofrece. Querer que nos suceda lo que nos sucede. Nietzsche recogería esta idea en el término amor fati: «el no-querer que nada sea distinto, ni en el pasado, ni el futuro, ni por toda la identidad».1
Para dormir tranquilo por las noches
Según los estoicos se encuentran bajo nuestro control las percepciones (¿cómo interpretas lo que te sucede?) y las acciones (¿qué haces con lo que te sucede?). Aunque sea matizable, y ambos grupos no estén completamente bajo nuestro control, me parece un enfoque muy útil. Centrándote en tus acciones y en cómo interpretas lo que te sucede, sientes que diriges tu vida. Incluso aunque este sentimiento sea una mera ilusión, es muy poderoso y en términos operativos te permite navegar por la vida.
Yo soy de los que cree que casi nada está bajo nuestro control. La salud, por ejemplo. Puedes entrenar todos los días, seguir una dieta en condiciones y tener una vida activa. Mañana podrías caer enfermo o tener un accidente y morir en el acto. ¿Qué hacer con esto? Para mí, el enfoque no debería ser resignarse y tirarse en el sofá porque tu salud no esté bajo tu control. El enfoque (repito: para mi) debería ser que en ese pequeño poder de influencia que tienes con tus acciones, des lo mejor de ti. Lo más seguro es que si te centras en dar lo mejor de ti, los resultados acompañen. Y si no acompañan, al menos podrás dormir tranquilo porque habrás dado lo mejor de ti.
Sergio -.
P.D: Por si quieres profundizar en el estoicismo.
Gracias por leer Aprendizaje Infinito.
La cita completa de Nietzsche y un artículo por si quieres enterarte mejor de que va esto del amor fati.
«Mi fórmula para expresar la grandeza en el hombre es amor fati: el no-querer que nada sea distinto ni en el pasado ni en el futuro ni por toda la eternidad. No solo soportar lo necesario, y aún menos disimularlo, sino amarlo.» — Ecce Homo, de Friedrich Nietszche (1888)
Genial síntesis y excelente relación de ideas. Inspirador. Esperando que llegue el viernes que viene para tu próxima Newsletter 😜
Excelente post, adhiero en todo. Es un desafío diario. En mi clase de gestión de calidad se los hice leer a mis alumnos para que entiendan mejor la herramienta FODA.