Disonancia cognitiva: la zorra y las uvas
Siempre será más fácil contarte que las uvas no estaban maduras
Día caluroso de verano, de esos que apetece tomarse un helado. En el bosque, una zorra busca desesperadamente cualquier cosa para refrescarse.
Mientras pasea entre las sombras, evitando cualquier contacto directo con el sol, su vista le permite divisar un racimo de uvas en lo alto de un árbol. El jugoso zumo de las uvas es el elegido para saciar su sed.
La zorra saltó una y otra vez, sin suerte. No pudo alcanzar el deseado racimo. Tras varios intentos más, comenzaron las dudas en el diálogo interno del astuto animal:
- ¿Quién necesita un racimo de uvas si ni siquiera están maduras? ¿Para qué iba a malgastar mis energías en algo inútil?
La zorra abandonó los intentos de alcanzar el racimo sin saciar su sed, convencida de que no cogió las uvas porque no podría comerlas.
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La disonancia cognitiva
La disonancia cognitiva es el malestar que genera la distancia entre nuestros pensamientos, ideas, creencias y acciones. El término fue acuñado por Leon Festinger. Esopo, hace más de 2500 años, ya explicaba este fenómeno de la psicología humana a través de sus fábulas.
No somos tan diferentes a la zorra. Buscamos coherencia y resolvemos la disonancia. O cambiamos lo que hacemos, o lo justificamos. Los incentivos están a favor de la segunda. Resolver el conflicto con la mayor rapidez y al menor precio posible.
Somos vagos por naturaleza. Cambiar la conducta es costoso, mucho más barato eliminar la responsabilidad y justificar cualquier acción. Si buscamos bien siempre podemos encontrar una afirmación que confirme nuestro punto de vista. Si no la hay, la inventamos.
Inventar nunca fue el problema. Las historias se nos dan de miedo y somos capaces hasta de editar nuestros recuerdos pasados. Herramientas no nos faltan para reducir la disonancia.
No estamos mal hechos. Tenemos sesgos y reducimos la disonancia, porque es útil. A nadie le gusta pensar que está haciendo mal las cosas. Todos queremos dormir por las noches. No estamos hechos para conocer la verdad. Estamos hechos para sobrevivir.
Siempre será más fácil contarte que las uvas no estaban maduras, pero lo fácil no siempre es lo mejor.
De vez en cuando, merece la pena ir contra natura.
Sergio -.
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