2 lecciones sobre creatividad de mis primeras novelas gráficas
Lo que Maus y V de Vendetta me han enseñado sobre el proceso creativo
Tomándome en serio la idea de que hay artistas mayores o menores y no formas de arte mayores o menores, en los últimos meses he dado una oportunidad a las novelas gráficas. Las elegidas, recomendadas por Jaime, han sido Maus y V de Vendetta. En ellas he encontrado interesantes e inesperadas ideas sobre el proceso creativo.
1. Maus: la difícil gestión del éxito
Maus es una obra difícil de clasificar. Vladek Spiegelman fue un judío polaco que vivió de lleno el nazismo, sobreviviendo al campo de concentración de Auschwitz. Art Spiegelman narra el holocausto judío a través de la complicada relación con su padre. Tras ocho años de trabajo, Art publicó la primera parte del cómic: Mi padre sangra historia. Se convirtió en todo un éxito de ventas.
Casi 20 años antes de la publicación de la primera parte de Maus, la madre de Art se suicidó. 4 años antes, su padre murió de insuficiencia coronaria. Art dedica unas páginas en la segunda parte del cómic para hablar de sus problemas de salud mental y los conflictos internos con todo el show business que atrajó el éxito. Se publicó en 1991, cuando ir al psicólogo todavía no estaba tan extendido y no existía un género entero de libros alrededor de la salud mental.
Crear es también dar forma a todo lo que rodea a la obra. Los grandes medios te pedirán que simplifiques tu obra, que dejes en un titular EL mensaje de tu libro. Si te va bien, te subirán al pedestal, te pondrán la etiqueta de experto y te empezarán a pedir tu opinión —que deberá ser simple y contundente— sobre los complejos temas de actualidad. Art rechaza la oportunidad de convertirse en un abanderado contra el nazismo. Él solo quiere escribir.
¿Cuántos de los opinólogos de cualquier cosa que llamamos expertos son simples mortales que, empujados por el éxito de su obra, se olvidan de decir «no lo sé»? La verdad, no lo sé. Espero que si algún día se presenta la ocasión, no se me olviden las palabras.
2. V de Vendetta: cúrrate las ideas
En un futuro distópico, el partido fascista se hace con el poder en Reino Unido. Un misterioso superviviente de un campo de concentración que se hace llamar V, busca derrocar al gobierno y se convierte en símbolo de la revolución. Después de disfrutar de la increíble historia, al final de la edición que me compré venía un artículo de varias páginas titulado Detrás de la sonrisa pintada, en el que Alan Moore cuenta de dónde surgió la idea del personaje.
Moore confiesa el robo, que debido a la gran cantidad de referencias parece originalidad.
«Al tener un título (V de Vendetta), pudimos desarrollar el resto del cómic, al que nos dedicamos en cuerpo y alma». El dibujante David Lloyd unió los puntos: «¿por qué no lo plasmamos como un Guy Fawkes resucitado, con máscaras de papel maché, capa y sombrero en forma de cono? Tendría un aspecto muy raro y le daría a Guy Fawkes la imagen que ha merecido durante tanto tiempo. ¡En vez de quemarlo todos los 5 de noviembre, deberíamos conmemorar que intentara volar el Parlamento!». Así describe Moore este momento mágico: «obtienes la verdadera recompensa, en el que todas las chorradas y las ideas a medias se funden en algo que es más que la suma de sus partes y que, por lo tanto, es tan inesperado como hermoso». Leyendo este párrafo puede que se te esté cayendo un mito. Moore, consciente de ello, asesta la puñalada final a esa idea equivocada y extendida sobre el genio creativo: «Son pocos los individuos a quienes la musa envía ideas brillantes envueltas para regalo. Los demás nos lo tenemos que currar».
Definido el personaje y la historia, queda encajar todo en una historia. Moore cuenta cómo lo hizo: «Los días buenos, todo va bien y termino el guión completo en cuestión de cuatro o cinco horas. Los días malos, escribo el guión completo en cuestión de cuatro o cinco horas, me doy cuenta de que no sirve, lo rasgo y vuelvo a empezar. Respiro el proceso cuatro o cinco veces hasta que me convierto en una piltrafa que se apoltrona en el sillón y lloriquea porque no tiene ningún talento y nunca volverá a escribir. Al día siguiente, me levanto, lo hago bien a la primera y me paso el día leyendo mis pasajes favoritos a mi mujer, a mis hijas o algún comercial [por eso no hay que casarse con un guionista ni con un dibujante: es malo tenerlos en casa]».
Alan Moore es uno de los mejores guionistas de la historia con obras como Watchmen, From Hell, V de Vendetta o The League of Extraordinary Gentlemen. Art Spiegelman ha creado la única novela gráfica que tiene un Premio Pulitzer. La creatividad es un proceso imperfecto en el que hasta los mejores tienen sus mierdas.
Sergio-.
Que alegria me ha dado que hables de cómics. Una de las pasiones de Bullpen.
Si quieres ir a producto nacional te recomiendo: Los surcos del azar o el abismo del olvido. Los dos de Paco Roca. Tambien tiene el ala rota o el arte de volar de Kim.
Y si quieres arriesgar mira la historia de Superman, "PAra el hombre que lo tiene todo" de Alan Moore y Dave Gibbons (los mismos que Watchmen).
Si te interesa el proceso creativo, tienes también "Metamaus" explicando cómo se desarrolla al detalle:
https://www.penguinlibros.com/es/novela-grafica/29181-libro-metamaus-9788439725428