Las ideas de Steven Pinker, adalid de la nueva ilustración
Escrito por Val Muñoz del Bustillo
Hoy tengo el placer de presentarte al primer invitado de Aprendizaje Infinito: Val Muñoz del Bustillo. Hoy Val te contará las ideas de uno de los grandes genios actuales: Steven Pinker.
Hola, soy Sergio San Juan, un aprendiz de por vida.
Bienvenido a mi espacio personal, donde cada viernes seguimos jugando al Aprendizaje Infinito.
Val es una de esas personas que agradezco haberme cruzado en el camino. Es el creador de Polymatas, un proyecto que busca acercarnos a la sabiduría mediante el conocimiento, la razón y el aprendizaje. Soy seguidor del proyecto desde hace tiempo y formo parte de la Biblioteca Polymata, un lugar donde leer, debatir y compartir 50 grandes libros para acercarnos a la polimatía.
Por todo esto, he decidido que Val sea el primer invitado en Aprendizaje Infinito. ¿El tema de hoy? Las ideas de Steven Pinker, uno de los grandes pensadores actuales.
No me enrollo más. Te dejo con Val y Pinker.
Conocí a Steven Pinker hace unos años gracias a una entrevista que le hacían en un periódico español. Ese fue un momento importante de mi vida porque mi visión del mundo cambió irremediablemente.
Pinker era diferente a todos los intelectuales que solían salir en los medios; personajes críticos, alterados, irracionales y a menudo con pocos fundamentos científicos. El conocimiento del mundo que destilaba en esa entrevista era apabullante. Cada una de sus respuestas podían ser enmarcadas, cada una de ellas iluminaba mi visión del mundo (por entonces bastante oscura). No la iluminaban en el sentido de hacerla más feliz y optimista, sino en el de darme mayor claridad y agudizar mi mirada de las cosas.
El primer libro que devoré del psicólogo canadiense fue La tabla rasa, luego vinieron Cómo funciona la mente, En defensa de la Ilustración, Los ángeles que llevamos dentro, Racionalidad y su fantástica guía de estilo para escritores de ensayo.
Con el tiempo vi con perplejidad que Steven Pinker tenía una gran legión de detractores. Que si era muy optimista sobre el progreso, que si sus ideas sobre la naturaleza humana eran peligrosas, que si sus vehementes afirmaciones sobre la psicología evolutiva eran pseudocientíficas, etc. Después de leer con atención muchas de sus críticas he llegado a la conclusión de que la mayor parte de ellas parten del desconocimiento profundo de sus ideas que, como todas las ideas importantes, remueven conciencias.
Me considero un gran lector, amo el conocimiento, tanto que he lanzado un proyecto para estudiar los 50 libros más importantes para comprender el mundo. Y puedo decirte, sin ningún pudor, que la mente más brillante y clara que he descubierto en este largo camino es la de Steven Pinker.
El canadiense ha escrito muchos libros y su pensamiento es complejo y tiene muchos matices pero Sergio me pidió que hablase de sus principales ideas y eso es lo que voy a intentar. ¡Vamos allá!
El cerebro no es una tabla rasa
“Las ciencias del comportamiento no son para mariquitas”. - Steven Pinker
Una idea muy extendida, en parte por su fuerte sesgo ideológico y conveniencia, es que la mente es una tabla rasa; una tabla de arcilla en la que podemos escribir para moldearla a nuestro antojo. En La tabla rasa, probablemente el libro más popular de Pinker, utiliza su gran capacidad explicativa y docenas de magníficos ejemplos y estudios científicos para desmontar esta popular tesis. En mi opinión, son especialmente convincentes los estudios realizados sobre gemelos idénticos que fueron separados al nacer. Estos estudios sugieren que los genes tienen una gran influencia sobre nosotros. No solo sobre nuestra altura, complexión o color de piel, algo muy aceptado por todo el mundo, sino que también moldean en gran medida, nuestra inteligencia, personalidad y gustos.
Pese a la gran evidencia científica que existe sobre la influencia que ejercen nuestros genes en nuestra conducta, muchos intelectuales han criticado a Pinker por difundir la creencia de que estamos determinados genéticamente y que eso puede ser una forma de justificar la desigualdad, el egoísmo y otros “vicios”. En primer lugar, eso no es cierto, Pinker deja claro en sus obras que él no apoya el determinismo genético. En segundo lugar, Pinker responde diciendo que ocultar la realidad (que tenemos una fuerte influencia genética) es contraproducente, ya que es preferible conocer la naturaleza humana para prevenir los comportamientos más oscuros que manan de ella.
Las ideas de la ilustración nos han llevado al mejor momento de la historia
“Toda la violencia que no ocurre no se informa en las noticias.” - Steven Pinker
Si uno lee los periódicos a diario, irremediablemente pensará que estamos en una época horrible para vivir: cambio climático, guerras, terrorismo, regímenes totalitarios… Sin embargo, como bien señala Steven Pinker en dos de sus libros En defensa de la Ilustración y Los ángeles que llevamos dentro, la realidad es justo lo contrario a lo que nos transmiten los medios. Estamos en la mejor época de la historia y esto se debe en buena medida a los valores de la Ilustración: ciencia, razón, humanismo y a las instituciones que han surgido bajo el ala de los mismos: estados democráticos, derechos civiles, tribunales de justicia, comercio internacional…
Leyendo sus libros queda claro que no hablamos de teorías especulativas de Pinker, en estos dos amplios volúmenes apoya sus ideas con todo tipo de estadísticas en todos los ámbitos relevantes para el bienestar que puedas imaginar: homicidios, violencia contra los niños, violencia contra las mujeres, libertad de expresión, muertes en conflictos bélicos, etc. Por ponerte sólo un ejemplo que me dejó con la boca abierta: la pobreza extrema pasó del 90% en 1820 al 10% en 2018. El canadiense argumenta de forma muy convincente que los valores que nos han llevado a este increíble progreso son la ciencia, la razón y el humanismo, valores que tuvieron un gran auge a partir de la Ilustración en el siglo XVIII.
Nuestra mente es el resultado de la evolución
“Pensar es un proceso físico, el cerebro humano no está exento de la evolución.” - Steven Pinker
Pinker es un especialista en psicología del lenguaje. De hecho, en su primer libro de divulgación El instinto del lenguaje, que confieso que no llegué a terminar, postula que el lenguaje no es algo que aprendamos mediante una instrucción exhaustiva sino que es una habilidad innata que aprendemos de forma natural y sin esfuerzo. Esto contrasta con otras habilidades como leer, escribir o hacer raíces cuadradas, que requieren de una formación explícita y un esfuerzo consciente por parte de los niños.
En varios de sus libros también hace hincapié en que las habilidades cognitivas que tenemos los seres humanos: capacidad de planificar, razonar y cooperar son resultado de la evolución biológica. Es decir, tenemos esas capacidades hoy porque resultaron útiles de cara a la supervivencia y la reproducción de nuestros ancestros. El psicólogo canadiense refuerza esta idea afirmando que los seres humanos ocupamos el “nicho cognitivo”.
Somos seres racionales
“La realidad es una poderosa presión de selección. Un homínido que se calmaba creyendo que un león era una tortuga o que comer arena nutriría su cuerpo sería superado por sus rivales que se comportaban en base a la realidad.” - Steven Pinker
Desde que se popularizaron los sesgos cognitivos tras la publicación del best-seller Pensar rápido, pensar despacio de Daniel Khaneman, parece que se ha puesto de moda afirmar con rotundidad que el ser humano es irracional. La vida es así: vamos de un extremo al otro. Hace no muchas décadas encumbrábamos al hombre como un ser racional que tomaba decisiones en base a sus intereses vitales y ahora resulta que no somos más que “monos sin pelo”.
En su último libro Racionalidad, Pinker apunta a una idea recurrente en sus obras: somos seres racionales y eso es lo que nos distingue principalmente del resto de animales. En concreto afirma que somos seres racionales en aquello que nos resulta cercano y relevante para nuestras vidas. Por ejemplo, un cazador de una tribu africana utiliza un razonamiento de causa-efecto cuando analiza las huellas de una presa y deduce que ha pasado hace poco tiempo y estaba herida. O bien, usa la planificación cuando organiza una cacería compleja en la que van a participar varios miembros de la tribu que deben coordinarse para tener éxito.
Además, incluso sesgos famosos como el de heurístico de disponibilidad son racionales en determinadas circunstancias. El heurístico de disponibilidad se basa en que damos más importancia a la información que tenemos a mano porque ha ocurrido hace poco tiempo o porque nos ha impactado mucho. No es muy difícil entender cómo este sesgo puede haber sido relevante para nuestra supervivencia. Si un tigre dientes de sable merodeaba ayer por la tarde por el campamento quizás lo mejor sea salir por patas cuanto antes.
Pero también es cierto que somos irracionales en muchas circunstancias. Eso, según Pinker, ocurre porque habitamos en un mundo moderno para el que nuestro cerebro a menudo no está preparado; la velocidad a la que ha incrementado la complejidad de la cultura, las tecnologías y las sociedades ha sobrepasado la lenta evolución de nuestros cerebros primitivos. Por ejemplo, sabemos que la gente es profundamente irracional cuando invierte en bolsa o es realmente mala para planificar a largo plazo. También somos nefastos intentando predecir eventos complejos alejados de nuestra realidad diaria como guerras, conflictos sociales, modas, etc. La razón es sencilla: nuestro cerebro no evolucionó para gestionar ese tipo de problemas. Si podemos enfrentarnos a ellos es porque hemos diseñado herramientas culturales como la ciencia o tecnologías como los ordenadores que nos ayudan a contrarrestar nuestras carencias innatas.
Por dónde empezar
Esto que te he contado hoy es solo un aperitivo de la profundidad y agudeza de las ideas de Steven Pinker. Así que, si te han llamado la atención, te animo a que leas sus libros. No lo he mencionado, pero el psicólogo canadiense cuenta con un as en la manga: es un gran escritor. Algunos críticos incluso le han acusado de utilizar sus privilegiadas habilidades como ensayista para difundir sus “ideas erróneas”. Leer a Steven Pinker no es un ejercicio fácil y entretenido como leer a Malcom Gladwell, se parece más a jugar a un videojuego difícil y retador; esos que te quitan el sueño y que pueden llegar a frustrarte. Dicho esto, mi recomendación es que empieces a leer a Pinker con La tabla rasa. Quizás estoy sesgado porque fue el primer libro que leí de él, pero igualmente creo que es el mejor para empezar. También te recomiendo dejar para el final sus libros sobre la mente y el lenguaje, en mi opinión son los más complejos y técnicos y pueden llegar a desanimarte si no llegas a ellos con la base de conocimiento necesaria.
“Es natural pensar que los seres vivos deben ser obra de un diseñador. Pero también era natural pensar que el sol giraba alrededor de la tierra. Superar las impresiones ingenuas para descubrir cómo funcionan realmente las cosas es uno de los llamados más importantes de la humanidad.” - Steven Pinker
La Biblioteca Polymata
Y si te apetece leer algunos de ellos en compañía de otros apasionados a los libros importantes, te invito a que te suscribas a la Biblioteca Polymata, un proyecto que inicié hace un mes y medio en Polymatas.com y que creo que puede interesarte 😉 ¡Nos vemos allí!
Aquí Sergio de nuevo.
Me encantaría que me dijeras que te han parecido las ideas de Steven Pinker.
Antes de despedirme, decirte que la semana pasada escribí en Polymatas un artículo con las 5 ideas clave del pensador Nassim Nicholas Taleb, por si quieres echarle una leída.
La semana que viene volverá el tema pilar de esta newsletter: el aprendizaje.
Nos leemos el viernes que viene,
Sergio -.
Muchas gracias Sergio y Val, vuestras newsletters son mi desayuno del domingo!!