¿Eres capaz de tener un hobby sin decírselo a los demás? La pregunta provocativa en Twitter se va al extremo para promover la reflexión.
En un mundo hiperconectado emerge una corriente repleta de buenas intenciones: la transparencia radical. Cuentas cada detalle de tu vida, eliminando así las barreras entre tu vida online y tu vida offline.
En esta edición cuestiono el pregonar y trato de recuperar el valor del silencio.
Cuando contar se vuelve más importante que hacer: viajas para rellenar el feed de Instagram, entrenas para presumir pumpeado y lees para hacer el hilo con las mejores frases. La profunda necesidad de gustar a otros nos mueve. El peligro de abandonarse a este instinto es perderte por el camino.
Los tiempos cambian, el postureo permanece. La gente ahora comparte selfies hasta en el hospital. No te olvides de acompañarlo de una reflexión. Pie de foto: memento mori. El mensaje genera emociones contradictorias en aquellos que construyen su identidad sobre esta transparencia sin filtros. Todo lo comparten porque no son capaces de guardarse nada. Quieren recibir feedback - la manera cool de decir validación - de cada movimiento de su vida. No saben bailar con la incertidumbre. No les basta con su propia aprobación.
¿Quieres tener hobbies o quieres decir que los tienes? El hobby es la puerta de entrada, no la idea. Mantenerlo en secreto es una buena manera de asegurarte de que no lo haces para el resto. ¿Quieres vivir tu vida o quieres decir que la vives? La pregunta invita al autoengaño. La escapatoria se ve a simple vista: compartirlo puede ayudar a los demás y no te cuesta nada. Ahora sé sincero: ¿dónde tienes el límite? ¿Qué parte de tu vida no vas a compartir? Te animo a definirlo a priori para evitarte las trampas. Te invito a establecer tu nivel de privacidad en este mundo que te empuja a gritar a los cuatro vientos.
Miedo a caer preso de la audiencia
Respondía a Danny que no era miedo pero confieso que sí, en parte es por miedo. Me aterra vivir una vida preso de la audiencia, me aterra que mi identidad sea sustituida progresiva e inconscientemente por otra hecha a medida del público.
En un momento donde todos recibimos ese feedback de likes y comentarios, existe el peligro de ser capturado por la audiencia:
“Cuando las personas influyentes analizan los comentarios de la audiencia, a menudo descubren que su comportamiento más extravagante es el que recibe más atención y aprobación, lo que les lleva a recalibrar su personalidad de acuerdo con señales sociales mucho más extremas que las que recibirían en la vida real. Al hacerlo, exageran las facetas más idiosincrásicas de su personalidad, convirtiéndose en burdas caricaturas de sí mismos.
La caricatura se convierte rápidamente en la marca distintiva de la persona influyente, y todos los intentos posteriores de la persona influyente por mantener su marca y satisfacer las expectativas de la audiencia requieren que actúe como la caricatura. A medida que la caricatura se vuelve más familiar que la persona, tanto para el público como para el influencer, llega a ser considerada por ambos como la única expresión honesta del influencer, de modo que cualquier desviación de la misma pronto parece y se siente poco auténtica. En ese momento, el personaje ha eclipsado a la persona y el público ha capturado al influencer”.
Me aterra perder mi propia aprobación persiguiendo la de los demás. Quiero mantener, si es que todavía se puede, algunos aspectos de mi vida alejados de Internet. La tentación de sacar tu vida privada al escaparate es constante: recibe likes y escucha lo que tiene que decir todo el mundo; en teoría el feedback no te influirá.
Soy consciente de mis debilidades y por ello me ato al mástil. ¿Para qué arriesgarme a escuchar el canto de la sirenas? Me importa lo que opinan los demás, por eso tengo secretos. Creo que algunas partes de la vida se disfrutan mejor en silencio.
Sergio -.
¿Te ha gustado la edición de esta semana? Dale al corazón, escribe un comentario o comparte este post con tus amigos.
Gracias, gracias, gracias. Yo vivo sola, disfruto de la vida sola .... me gusta mucho la gente pero no encuentro quien comparta mis inquietudes .... y a veces me pregunto si no soy muy rara porque puedo pasar varios días sola sitiándome feliz. Pero hay momentos en que me surge como esa inquietud de ¿el viento suena en el bosque si no hay nadie que lo escuche???? Es decir, ¿mi felicidad existe si nadie más sabe que soy feliz?
No volveré a hacerme más esta pregunta. Será mi valioso gran secreto!!!!
Como dice el Recu, no quieres leer sino haber leído. Esa mezcla entre validación social, complejos, envidias o postureo que te obliga a pregonar tu estatus. O tu supuesto estatus.
Borro el selfie desde el aeropuerto entonces 😂