Peter Thiel recoge en De Cero a Uno sus enseñanzas creando startups. Si por algo es conocido Thiel, es por poner sobre la mesa ideas opuestas al discurso popular. En la última parte de su libro habla sobre cómo las startups están fundadas por personas peculiares.
“De seis personas que fundamos Paypal, cuatro habían montado bombas en el instituto”.
Afirmo, sin mirar los datos, que hay más personas que montaban bombas en el instituto y han muerto en la guerra de las que, montando bombas en el instituto, han fundado startups. La mayoría de genios son raros pero la mayoría de raros no son genios. Recordatorio del cementerio: nadie te habla del rarito que acaba mendigando. La variabilidad es alta entre individuos con características extremas. Leyendo la biografía de Jobs te das cuenta de que entre el visionario exitoso y el loco de manicomio hay una línea muy difusa.
Ser diferente
El individuo extremadamente diferente, ¿nace o se hace? Thiel rompe con la dicotomía: posiblemente unas diferencias iniciales han sido cultivadas y reforzadas. La cualidad diferente es condición indispensable de partida, luego toca exagerarla.
El bucle de retroalimentación esconde el peligro. Empiezas a sobreestimar tu capacidad cuando los resultados acompañan. Nadie te lleva la contraria y te crees poseedor de la razón. Cada vez, encuentras - tienes capacidad de razonamiento de sobra - culpables externos. En lugar de cambiar tus rasgos menos deseables, abrazas la excusa del “es que soy así”. La responsabilidad brilla por su ausencia, crees que no hay errores que corregir y te piensas mejor de lo que realmente eres. Thiel lo captura en el siguiente párrafo:
“Creer que estás investido en la autosuficiencia divina no es la marca de un individuo fuerte, sino de una persona que ha confundido la adoración de la multitud - o las burlas - con la verdad. El mayor peligro para un fundador es que llegue a estar tan seguro de su propio mito que pierda la cabeza. Sin embargo, un peligro igualmente insidioso para una empresa es perder todo el sentido del mito y confundir el desencanto con la sabiduría”.
La lección no sólo es aplicable a fundadores de startups. Eres la historia que te cuentas, ¿cómo elegir la adecuada? Entre perder la cabeza y caer en el desencanto, encontrarás tu mito. Tendrás que navegar entre contradicciones: la humildad para aprender y la creencia de ser lo suficientemente bueno para, como mínimo, intentarlo.
Me parece loable perseguir la genialidad - el actuar de forma extraordinaria -. El intento pasa por arriesgarte, hacer las cosas diferentes, cultivar tus peculiaridades sin olvidar el sentido común, crear tu mito sin perder la cabeza y pensar, defender y apostar por ideas diferentes.
Tener ideas diferentes
Thiel a la hora de contratar, lanza su peculiar pregunta: “¿Cuál es una verdad fundamental en la que crees y con la que la mayoría del mundo no está de acuerdo?” El confort del grupo paga antes que estar en lo cierto. “Si puedes seguir creyendo en ti mismo cuando todos dudan de ti, pero también toleras que tengan dudas”, escribió Kipling. Lo aplico a la idea diferente: si eres capaz de seguir creyendo en tu idea cuando todos dudan de ella y toleras sus dudas.
El silencio de los contrarian implica que lo mainstream se impone como visión única del mundo. Ni abrazar ciegamente el grupo, ni cuestionar cada consenso. Pensar diferente por pensar diferente es una tontería. La idea peculiar puede ser una auténtica genialidad o, como en la mayoría de ocasiones, una completa estupidez. Elige bien tus batallas, asume el riesgo, deja las riendas a tu curiosidad, métete en problemas y date el lujo de equivocarte. Explora ideas poco transitadas. Piensa.
Sergio -.
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Me ha gustado mucho el artículo de esta semana. Pensar diferente marca la diferencia entre la masa y el líder
Me ha encantado. Gracias. 🙏