Kahneman y decisiones ¿racionales? - Pensamiento probabilístico (II)
7 condicionantes de tus decisiones
Hola, soy Sergio San Juan, un aprendiz de por vida.
Bienvenido a mi espacio personal, donde cada viernes seguimos jugando al Aprendizaje Infinito.
Elegir entre dos apuestas es un modelo simple que nos acerca a conocer cómo tomamos decisiones.
Bajo esta idea y siguiendo el hilo de la semana pasada, profundizaré en las ideas de Kahneman sobre la toma de decisiones.
Teorías ciegas de razón
No pocos economistas a lo largo de la historia han pensado que somos seres racionales capaces de optimizar cada resultado.
El modelo más simple, y el más equivocado, es el del valor esperado.
El valor esperado de una apuesta hace referencia al resultado esperado medio. Me explico. Si tienes un 50% de probabilidades de ganar 100€, el valor esperado son 50€. Supuestamente elijes el mayor valor esperado. Si te ofrezco 49€, te quedarás con la primera opción por su mayor valor esperado (50€).
Un paso hacia delante es la utilidad esperada. Diferencia el valor de la utilidad.
La utilidad esperada establece que frente a varias opciones, elegiremos la que mayor utilidad nos brinde. Presupone que los seres humanos, de forma racional, eligen siempre lo que más les beneficia. La utilidad esperada incluye factores como los rendimientos decrecientes o el apetito frente al riesgo del decisor.
Los rendimientos decrecientes rompen con el crecimiento lineal de la función de utilidad. El primer euro no te ofrece la misma utilidad que el euro que te permite llegar al millón.
El apetito frente al riesgo determina si prefieres la posibilidad incierta de poder ganar más, la certeza de ganar menos, o la indiferencia entre ambas. Siguiendo con el ejemplo del valor esperado, si una persona elije ganar 100€ con un 50% de probabilidades frente a 50€ seguros, es amante del riesgo. Si elije los 50, es adversa. Y si le da igual, es indiferente.
Kahneman y Tversky, en su obra Thinking, Fast and Slow, profundizan mucho más en los factores que influyen en nuestra forma de tomar decisiones, poniendo en duda la racionalidad del hombre. ¿Seguro que sólo maximizamos nuestra utilidad?
¿Racionales?: 7 condicionantes de tus decisiones
Para algunos este libro derriba la concepción del humano como ser racional, para otros la matiza. Independientemente de tu interpretación, es interesante conocer los factores que, además de la utilidad esperada, afectan a nuestra toma de decisiones.
I. El pasado condiciona las decisiones presentes. La teoría, ciega, no lo incluye. Para una persona con cero euros, tener un millón de euros supone grandes ganancias. Para alguien con cinco millones, supone una pérdida de cuatro. Tu punto de partida condiciona tu utilidad y tus decisiones. Piensa en variaciones, no en valores absolutos.
II. Nuestros genes y la evolución nos han cableado para detectar las malas noticias antes que las buenas. El ejemplo del libro sobre un experimento de Paul Rozin es brillante. Imagina un bol lleno de cerezas. Una cucaracha dentro, echaría todo el bol a perder. Ahora imagina un bol lleno de cucarachas con una cereza. ¿A quién le entran ganas de comérsela? La evolución ha premiado más evitar el mal que perseguir el bien. La supervivencia es lo primero.
III. Efecto dotación. Si algo es tuyo, inmediatamente adquiere más valor. Necesitas recibir un mayor importe del que estarías dispuesto a pagar para deshacerte de algo. Los traders y mercaderes, experimentados intercambiadores, están libres de este sesgo.
IV. Los objetivos y las metas que nos marcamos condicionan nuestras expectativas, que se convierten en nuestro nuevo punto de referencia. Quedarte por debajo del objetivo se siente como una pérdida. Superarlo como una ganancia. El dolor que nos produce una pérdida, es mayor que el placer de una victoria. Esto se conoce como aversión a la pérdida.
V. La información disponible sesga tu decisión. La persona que ha visto como un familiar pasa el COVID, pensará que las posibilidades de que este virus le afecte son mayores. Este fenómeno aumenta con la exposición a noticias, que muestran casos extremos para captar nuestra atención. Si solo te expones a casos extremos, tu cabeza pensará que son la norma. Otra excusa más para dejar de ver las noticias.
VI. Efecto marco. Cómo se presenta la información también determina nuestra elección. No es lo mismo decidir de forma aislada cada opción que poder comparar de un vistazo todas las opciones. El lenguaje condiciona tu decisión. Tienes 50€ y te dan a elegir entre perder 20 o mantener 30. Nuestra aversión a la pérdida nos hace decantarnos por la segunda opción, aunque son ambas son idénticas.
Hasta los físicos caen en la trampa. En un estudio mencionado en el libro, les dan a elegir si operar en caso de cáncer de pulmón es buena opción o no. Si se les presentaba que la supervivencia es del 90%, el 84% optaba por el sí. Si les presentaba que la mortalidad es del 10%, solo el 50% optaba por el sí. Mortalidad y perder nos generan sentimientos negativos, que nos llevan a evitarlo. Para hacerle frente a este sesgo, reformula la información. No dejes que el lenguaje condicione tu decisión.
VII. Los cambios cualitativos adquieren más importancia que los cuantitativos. Tener la posibilidad de ganar algo (efecto posibilidad) y tener la certeza de no perderlo (efecto certeza) tienen más valor que un simple aumento de probabilidad. Me explico. Cambios del 0 al 5% (efecto posibilidad) y del 95 al 100% (efecto certeza), tienen más valor que, por ejemplo, un cambio del 55 al 60%. Déjame que te lo explique con el cuadrante que propone Kahneman en su libro.
Tu apetito por el riesgo depende de la zona en la que te encuentres.
Si tenemos una alta probabilidad de ganar algo, seremos adversos al riesgo. El miedo a perder nos lleva a elegir una apuesta con menor valor esperado. El efecto certeza en acción.
Si tenemos una alta probabilidad de perder algo, seremos amantes del riesgo. La esperanza de evitar perder nos lleva a elegir una apuesta con menor valor esperado (mayor pérdida esperada). El efecto certeza combinado con la aversión a la pérdida.
Si tenemos bajas probabilidades de ganar algo, seremos amantes del riesgo. La esperanza de ganar más nos lleva a elegir una apuesta con menor valor esperado. La lotería es un claro ejemplo de este efecto posibilidad.
Si tenemos bajas probabilidades de perder algo, seremos adversos al riesgo. El miedo a una pérdida menor, nos lleva a aceptar una apuesta con menor valor esperado (mayor pérdida esperada). Los seguros vuelven a confirmar el efecto probabilidad.
Estas ideas dinamitan el valor esperado y nos aproximan mejor a nuestra forma de tomar decisiones. Nuestra aversión al riesgo, depende de nuestro punto de referencia y de lo que nos suponga dicho cambio.
Pensamientos en voz alta
Por recapitular, nuestras decisiones están condicionadas por:
El punto de referencia. De donde venimos.
Nuestra rápida detección de las malas noticias. Frente a las buenas.
Si tenemos algo o no. El efecto dotación.
Las expectativas y su influencia en el punto de referencia.
La información que tenemos a nuestra disposición.
Cómo se nos presentan los datos. Efecto marco.
Qué tipo de cambio supone nuestra decisión: ¿cuanti o cuali? Combinado con la idea de aversión a la pérdida, creamos cuatro cuadrantes que determinan nuestra respuesta más probable frente al riesgo en función de la situación.
Estos, y otros muchos factores que me dejo en el tintero como el coste hundido o el anclaje, condicionan nuestra forma de tomar decisiones. Releer a Kahneman ha sido una dosis de humildad para darme cuenta de todas las vulnerabilidades que tenemos y todo lo que me queda por aprender para entender nuestro funcionamiento.
Cada decisión es un mundo, pero conocer cómo apostamos nos ayuda a entendernos mejor.
El viernes que viene más.
Sergio -.
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